Marco teórico
El sueño se considera, en primera
instancia, como el proceso reparador, de regeneración neuronal y
reestructuración funcional más representativo a nivel psicofisiológico en el
ser humano, dándole un carácter auto-reparador y diagnóstico sobre el bienestar
físico y el estado mental del ser humano. Asimismo, se afirma que el sueño es una respuesta a la no actividad que los sistemas usan para
descansar, y que refuerza y consolida la información del proceso de memoria
(Castilla, L. y Mendoza, D., 2005).Según Miró, E., Cano-Lozano, M., y
Buela-Casal, G. (2005) se habla de que existen: “personas con patrón de sueño
eficiente o de buena calidad y personas con sueño no eficiente o de pobre
calidad” (pág. 12), a lo cual, se le atribuye al sueño la función tras el telón de organizar y apoyar los demás
procesos cognoscitivos, de forma tal que, si éste se altera, la funcionalidad
en el desempeño de los demás procesos se verá aminorada, siendo afectadas sus
actividades diarias (funciones de primer orden en su foco atencional), y su
nivel de calidad de vida (Miró, E., Cano-Lozano, M., y Buela-Casal, G., 2005).Es importante resaltar que, el sueño
ocupa una tercera parte de nuestra vida, por lo cual su adecuado funcionamiento
es necesario para el buen desarrollo del ser humano en su ciclo vital (Miró,
Cano-Lozano, Buela-Casal, 2005). En relación a este panorama, la Comisión
Nacional de Investigación de trastornos del
sueño en Estados Unidos expresa que (1994, Virginia, EE.UU, pág. 262): “cada
año se gastan 392 millones de dólares en la prescripción de fármacos
hipnóticos, así como varios millones en visitas a médicos y profesionales de la
salud mental”, lo cual solventa los programas de intervención psicosocial
dirigidos hacia personas diagnosticadas sobre alteraciones del sueño. Con
respecto a lo anterior, se el presente documento pretende abrir un camino de exploración sobre la difusión y
crecimiento del padecimiento de trastornos relacionados con el sueño, que afectan
entre un 10 y un 60% de la población mundial, y de los cuales, el número más
representativo se lo lleva el diagnóstico psico-patológico por insomnio.
(Peñuela-Epalza, Páez, Castro, Harvey, Eljach & Banquet, 2015).Para iniciar una revisión sobre la
conceptualización del insomnio, éste
se define como la incapacidad parcial o total de la normal conciliación del
sueño, reflejado en un bajo nivel de duración y/o una baja calidad en general
del proceso. Asimismo, según la organización Medline Plus (s.f): “Es la
dificultad para conciliar el sueño, permanecer dormido durante la noche o
despertarse demasiado temprano en la mañana”.Se reconoce la influencia del
padecimiento del insomnio en la profundización de alteraciones en la capacidad inmunológica-reparadora, las
funciones metabólicas y fisiológicas, derivando en una baja del sistema de
alerta (SRAA Sistema reticular activador ascendente) que incrementa las
probabilidades de incurrir en accidentes y, hasta perder la vida (Castilla, L.
y Mendoza, D., 2005).El insomnio tiene mayor
representatividad en mujeres y en personas mayores (hablamos de la adultez
tardía, ya que el fenómeno con personas de la tercera edad es más complejo y
diferenciado), Los adultos mayores son una población que entra en un estado de
disminución funcional progresiva debido a la muerte paulatina de sus cuerpos
celulares, lo cual enmarca la un nuevo estado de pasividad y pérdida de la capacidad cognitiva (Alfonso
G., Gordillo E., 2009). En ese orden de
ideas, se relacionan ciertos problemas
de salud con esta psicopatología, como por ejemplo: las dolencias físicas, la
apnea y la reiterativa disposición a ir al baño durante la noche o en la
madrugada (Medline Plus, s.f).En relación a lo anterior y en aras de iniciar
un esfuerzo investigativo formal sobre las principales patologías relacionadas
con el sueño, se busca como objetivo de la investigación, se busca caracterizar
la incidencia del insomnio con respecto al nivel de calidad de vida de personas
adultas entre los 40-50 años (madurez tardía) ubicadas en la zona centro de la
ciudad de Bogotá, a través de la aplicación de un cuestionario denominado de
Pittsburg de calidad del sueño con el propósito de apoyar los esfuerzos de
visibilización, prevención e intervención, de aquellos entes corresponsables en
esta problemática de salud pública; ya que esta población ha finalizado su
proceso de desarrollo físico y psicológico, y en la medida que avanza su edad
empiezan a presentar una destrucción celular paulatina (que es gestionada en
forma positiva a través del sueño, en su capacidad auto-reparadora) fruto del paso
de los años, que no sólo tiene repercusiones físicas, sino también de orden
psicofisiológico.Por todo lo anterior, se
demanda en forma imperativa la puesta en marcha de estrategias encaminadas a visibilizar
el impacto de la problemática en salud pública que se relaciona con el
padecimiento del insomnio entre la población focalizada entre los entes
corresponsables y el estado, con el propósito de que se mejore la calidad de
vida de esta población, se evite derivar en otras enfermedades, se incurra en
el aislamiento social o se llegue al punto, de perder el sentido de la vida y
la conciencia misma, en el trance de esta psicopatología. Se espera proporcionar
un constructo informativo que apoye el fortalecimiento de las líneas de
prevención e intervención en la salud mental y bienestar personal de la
población, para todos aquellos interesados
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